De los 166 reclusos del penal de Guantánamo, 104 están en huelga de hambre en protesta por la falta de derechos y las condiciones infrahumanas a las que están sometidos desde la apertura de esta cárcel tras los atentados del 11 de septiembre.
Sin embargo, por no tener derechos, los reos también están privados al de rechazar los alimentos, y son nutridos por los agentes que les custodian a través de un desagradable método.
Hace unas semanas fueron enviados a Guantánamo refueros de enfermería con el único fin de alimentar forzosamente a los reclusos díscolos.
Cruel técnica de alimentación
Según relata el diario El País, el proceso consta de varios pasos. En primer lugar, al preso le
es aplicada una máscara que bloquea el movimiento de su rostro, y que le impide morder o escupir.
Después, se les aplica en las fosas nasales un líquido oleoso -también puede utilizarse aceite de oliva- para facilitar el siguiente paso: la introducción de una sonda que descenderá por su garganta y llegará a su estómago, mediante la cual se le alimentará.
Por la sonda se introduce entonces un cóctel líquido compuesto por 750 mililitros de nutrientes y una medicina llamada Reglan que reduce la sensación de hinchazón en los presos. Sin embargo, este fármaco también provoca entre sus reacciones adversas síntomas parecidos a los del párkinson si su uso es continuado.
El proceso dura unos 20 minutos y los presos rabian de dolor por la acción del tubo quirúrgico.
Los agentes de Guantánamo, sin embargo, se muestran orgullosos de cumplir órdenes y aseguran que solo obedecen órdenes.
Mientras tanto, la situación e Guantánamo continúa congelada y pétrea.
fuente ecodiario.es
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