jueves, 26 de noviembre de 2015

Como mejorar la relacion con tu esposo







Cómo mejorar la relación con tu esposo.

Matrimonio. La unión de dos almas que se aman verdaderamente el uno al otro y nada, sólo Dios, puede separarlos. Qué romántico; desafortunadamente las personas que tienen mucho tiempo de casados, aunque siguen sintiendo amor por su pareja, tienden a ver cómo la relación se enfría día a día. A continuación sabrás cómo hacer que la relación con tu esposo mejore.



1. Piensa. ¿Es amor verdadero? ¿Aún piensas mucho en tu pareja? ¿Aceptarías dar tu vida por la de el o ella? ¿Lo o la amas aún con todos sus defectos? Si contestas positivamente con honestidad las cuatro preguntas, sigue leyendo este artículo. Si contestaste negativamente a la mayoría de estas preguntas, entonces debes terminar la relación.



2. Cuida tu imagen. Por supuesto que tu pareja debe amarte como eres, pero no puedes esperar que sea súper feliz y se sienta atraído al verte mal arreglada. Así que, por tu bien, asegúrate de usar siempre el cabello limpio, bañarte dos veces al día y lucir siempre pulcro. Honestamente, aunque tu pareja te ame a pesar de que seas la persona menos atractiva del mundo, se sentirá feliz de ver que te preocupas por tu imagen personal.



3. Habla como lo harías con un amigo. La conversación es muy importante. Pero ten en mente sobre qué tema platicas, ¿Hablas sobre la casa? ¿Hablas sobre cosas domésticas como pagos, hijos y dinero? En otras palabras, habla con tu cónyuge sobre cosas con las que hablarías con tu mejor amigo. No hables sobre chicas o fútbol, ni sobre comida o telenovelas, sino sobre cosas que realmente importan.



4. Di “te amo” y demuestra amor. Abrázalo, bésalo y dile que lo amas cuando te despiertes. Asegúrate de decirle a tu pareja que es la persona más hermosa de todo el universo y que te sientes afortunado por tenerla. Asegúrate de decirle que la amas aunque tenga defectos. Díselo todos los días. Después de todo, si es verdad, es justo lo que la otra persona necesita saber.



5. Hagan el amor. Tener una vida sexual activa con tu pareja es extremadamente importante. Esto hará que sientan intimidad uno con el otro y tengan buen humor. Hagan el amor diariamente, si no, por lo menos 3 veces a la semana. Recuerda que lo mejor de todo es tener sexo con amor.



6. Si hay un problema, resuélvanlo. Si tu pareja comete un error, en vez de gritar, siéntate y pregunta porqué lo hizo. Recuerda que la comunicación es la clave. Después de todo, la persona con la que estás casado no es sólo tu amante sino tu amigo por siempre.



7. Nunca digas cosas malas de tu cónyuge enfrente de tus hijos. Esto sólo hará que los niños tengan una mala imagen de las relaciones y además, te sentirás culpable después. Asegúrate de decir cosas buenas siempre. Por ejemplo: si tu cónyuge olvidó algo importante, en vez de decir que es tonto o que no le importa nada más que sí mismo, piensa antes de decir algo cuando estés enojado y procura decir: “realmente amo a esta persona pero debería estar más al pendiente de ciertas cosas”.

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Consejos.

Cuando tú o tu esposo o esposa  lleguen a casa, asegúrate de darle un beso, decirle que lo amas y preguntar cómo estuvo su día. Escucha lo que dice y comenta cosas positivas.

Si te sientes mal, en vez de desquitarte con tu cónyuge o con tus hijos, gritando, sólo ve a tu cuarto y habla con tu cónyuge. Dile cómo te sientes y si tienes ganas de llorar, llora y pide un abrazo.

Salgan juntos. A veces pueden salir a un bonito restaurante o sólo a comer un helado; platiquen sobre la vida y sus propios sueños.

Sé amable con los amigos de tu pareja. Socializa un poco con ellos. Cada vez que los veas, saluda y habla un poco; procura ser una persona comunicativa, sin esforzarte demasiado. Después de todo, si son los amigos de tu pareja, debes respetarlos.

Si sientes celos, no hagas una escena. Habla en privado con tu pareja y asegúrate de decir algo como: “mira, sabes que te amo y confío en ti, pero no puedo evitar sentir celos contigo y esa otra persona. Lo siento”. Tu pareja entenderá y te explicará las cosas, así que ya no te preocuparán tus celos.

Respeta a tu cónyuge. Puedes ver a otras personas pero nunca lo engañes.

Como Ayudar a Alguien Que Esta Pensando en Suicidarse parte 3 de 3





Como Ayudar a Alguien Que Esta Pensando en Suicidarse parte 3 de 3

Como Ayudar a Alguien Que Esta Pensando en Suicidarse Parte 1 de 3





Cómo ayudar a alguien que está pensando en suicidarse..

Si tienes motivos suficientes para sospechar que alguno de tus conocidos está contemplando la idea de suicidarse, deberás ayudar a esa persona a buscar ayuda de inmediato. El suicidio, el acto intencional de quitarse la vida, es una amenaza grave, incluso para aquellos que no pueden comprender del todo lo irreversible de la muerte. Ya sea que tu amigo te haya dicho que está considerando el suicidio o si solo intuyes cierta posibilidad, deberás reaccionar. Tu rápida reacción puede salvar una vida.







Los expertos concuerdan que el suicidio es tanto un problema médico como social y que puede prevenirse gracias a una concientización generalizada sobre el mismo.



Método 1 de 3:

Hablarle a alguien con tendencias suicidas.



1. Conoce el principio detrás de la prevención del suicidio. La prevención del suicidio es más efectiva cuando los factores de riesgo del suicidio. son mínimos o no tienen mucha importancia, y los factores de protección están fortalecidos. Para intervenir en un intento suicida, procura ofrecer o fortalecer dichos factores de protección, porque podrías tener menos control sobre los factores de riesgo.

Los factores de riesgo son, entre otros, un historial de intentos de suicidio y trastornos mentales. Para una lista más completa, dirígete al método 3: “Comprender las tendencias suicidas”.

Los factores de protección son, entre otros, el tratamiento clínico, el apoyo familiar y comunitario, el apoyo de los profesionales médicos y el desarrollo de la capacidad de resolución de problemas y de conflictos.



2. Muéstrale tu preocupación. Los mejores factores de protección para combatir la sensación de aislamiento (un factor de riesgo fuerte) son el apoyo emocional proveniente de los amigos, familiares y de la comunidad,[9] y su conexión con todos ellos. Una persona con tendencias suicidas necesita tener un sentido de pertenencia para optar por la vida, por eso deberás mostrarle a la persona en cuestión que es parte importante de tu vida. Idea maneras de brindarle tu apoyo o eliminar el estrés de su vida.



3. Comparte el entusiasmo de los adolescentes o adultos jóvenes sobre sus intereses. Si la persona que te preocupa es joven, averigua sus intereses especiales para que puedas conversar sobre ellos con él o ella. El objetivo principal es mostrar que tu interés por esa persona es tal que tomas en serio sus aficiones y recomendaciones. Hazle preguntas abiertas que le inviten a compartir abiertamente su entusiasmo o intereses contigo.

Puedes hacerle preguntas como las siguientes: “¿Cómo aprendiste tanto a (actividad)?”; “¿Puedes contarme más sobre el tema?”; “Me encanta tu estilo personal, ¿cómo decides qué ponerte?”; ¿Tienes algún consejo de moda que puedas darme?”; “Vi la película que me recomendaste y realmente me encantó. ¿Tienes otras recomendaciones?”; “¿Cuál es tu película favorita? ¿Por qué es tu favorita?”; “¿Qué pasatiempo o actividad podrías pasarte haciendo el resto de tu vida?”.



4. Ayuda a los adultos mayores a sentirse útiles. Si conoces a alguna persona mayor que podría estar contemplando la idea de suicidarse por sentirse inútil o considerarse una carga, procura hacerle sentir útil o quitarle parte de la carga.

Pídele a la persona que te enseñe algo, por ejemplo, a hacer una de sus recetas favoritas, a tejer o a jugar uno de sus juegos de cartas favoritos.

Si esa persona tiene problemas de salud o de movilidad, ofrécete a llevarla a algún lugar o llévale una comida hecha en casa.

Exprésale interés por su vida o pídele consejos para lidiar con un problema. Podrías preguntarle, por ejemplo: “¿Cómo era tu vida cuando eras adolescente?”, “¿Cuál es tu recuerdo favorito?”, “¿Cuál es el mayor cambio que has visto en el mundo durante tu vida?”, “¿Cómo podrías apoyar a alguien a quien los demás le hacen la vida imposible?”, “¿Cómo sobrellevaste la abrumadora tarea de ser padre?”.



5. No tengas temor de hablar sobre el suicidio. Ciertas culturas o familias consideran el suicidio un tabú y evitan hablar del tema. Por otro lado, quizá tu temor sea incitarle a alguien a tener pensamientos suicidas si le hablas sobre este tema. Estos factores u otros podrían disuadirte de conversar abiertamente sobre el suicidio. No obstante, deberás combatir ese temor, porque en realidad lograrás el efecto contrario: hablar abiertamente sobre el suicidio suele incitar a la persona en crisis a reflexionar y reconsiderar su elección.

Por ejemplo, durante un proyecto antisuicida en una reserva para nativos norteamericanos con una alta tasa de suicidio, varios alumnos de 8vo grado admitieron estar planificando activamente sus suicidios hasta que participaron en conversaciones abiertas sobre ese tema. Estas conversaciones abiertas violaron los tabús culturales, pero lograron que cada uno de los participantes optara por la vida y firmara un compromiso para evitar quitarse la vida.



6. Prepárate para hablarle a alguien sobre el suicidio. Después de informarte sobre el tema y de reforzar tu relación con la persona con tendencias suicidas, prepárate para hablar con él o ella. Procura que el ambiente sea cómodo y esté en un lugar no amenazante para conversar sobre lo que te preocupa.

Para minimizar las posibles distracciones, apaga los aparatos electrónicos, pon los celulares en modo silencio y acuerda con los compañeros de cuarto, niños u otras personas para que permanezcan en otro lugar.



7. Sé abierto. Ofrece tu apoyo sin acusar y sin juzgar, y escucha con una mente abierta que invite a la camaradería. No querrás que tu conversación levante una barrera entre ustedes. Para evitarlo, muéstrate abierto y preocupado.

Es fácil frustrarse cuando se le habla a una persona en crisis que no puede pensar con claridad, así que recuerda mantener la calma y mostrar tu apoyo.

La mejor manera de ser abierto es no tener ninguna respuesta preparada para tu ser querido. Hazle unas cuantas preguntas abiertas, por ejemplo: “¿Cómo te sientes?” o “¿Qué te molesta?” y déjalo hablar. No trates de discutir con él o ella ni convencerle de que las cosas no están tan mal.



8. Habla clara y directamente. No tiene sentido endulzar o andarse con rodeos con respecto al tema del suicidio. Sé abierto y claro con lo que tengas en mente. Considera la posibilidad de empezar la conversación con una táctica de 3 en 1, que refuerza la relación, da a entender que te has dado cuenta de algo y expresa tu interés. Luego pregúntale si ha estado teniendo pensamientos suicidas.

Por ejemplo: “Ana, tú y yo hemos sido amigas desde hace 3 años. Últimamente pareces deprimida y estás bebiendo más. Estoy muy preocupada por ti y temo que hayas estado pensando en el suicidio”.

Por ejemplo: “Hijo, cuando naciste, hice la promesa de apoyarte siempre. No estás comiendo ni durmiendo como de costumbre y te he oído llorar varias veces. Daría todo por no perderte. ¿Estás pensando en quitarte la vida?”.

Por ejemplo: “Siempre has sido un gran modelo a seguir, pero últimamente dijiste algo sobre dejar de vivir. Eres muy especial para mí. Si estás pensando en el suicidio, te ruego que hables conmigo”.



9. Deja que haya silencios. Después de iniciar la conversación, la persona podría responder con un silencio al principio. Es probable que esté conmocionada por haberle “leído la mente” o sorprendida de que haya hecho algo que te haya hecho pensar que contemplaba el suicidio. Es probable que quiera un poco de tiempo para poner en orden sus pensamientos antes de que esté lista para responderte.



10. Sé persistente. Si la persona descarta tu preocupación con un “No, estoy bien” o no te responde, vuélvele a compartir tus preocupaciones. Bríndale otra oportunidad para que responda. Mantén la calma y no le insistas en exceso, más bien sé firme en tu convicción de que quieres que te hable sobre aquello que le molesta.



11. Deja que la persona hable. Escucha lo que diga y acepta los sentimientos que exprese, aunque te cueste mucho oírlo. No trates de discutir ni sermonear sobre lo que debería hacer. Bríndale opciones para que supere la crisis y si es posible, dale esperanza.



12. Dale validez a sus sentimientos. Cuando hables con alguien sobre sus sentimientos, es importante que les des validez a sus sentimientos en vez de tratar de “hacerlo entrar en razón” o convencerlo de que sus sentimientos son irracionales.

Por ejemplo, si alguien te confiesa que está pensando en suicidarse porque su amada mascota acaba de morir, no será muy útil decirle que está exagerando. Si dice que acaba de perder a su alma gemela, no le digas que es demasiado joven para comprender el amor o que hay más peces en el mar.



13. No trates de desvelar sus verdaderas intenciones. Podría parecer obvio, pero no deberás desafiarlo o animarlo a cometer suicidio. Quizá para ti sea una manera de hacerle ver que es una ridiculez o incluso que es su oportunidad de darse cuenta de que realmente quiere vivir. No obstante, tu “empujón” podría efectivamente impulsarlo a quitarse la vida, y es probable que te sientas responsable de su muerte.



14. Agradécele a la persona por ser franca contigo. Si él o ella admite haber tenido pensamientos suicidas, exprésale tu agradecimiento por confiarte tamaña información. También podrías preguntarle si se lo ha comentado a otra persona y si alguien le ha ofrecido algún tipo de ayuda para lidiar con sus sentimientos.



15. Sugiérele pedir ayuda de terceros. Anima a la persona a llamar a alguno de los números telefónicos que hemos brindado en la introducción del presente artículo para que pueda hablar con un profesional capacitado. El profesional de la línea de ayuda le brindará consejos para desarrollar habilidades y pueda superar una crisis suicida.

No te sorprendas si rechaza la idea de llamar a una línea de ayuda, pero anótale el número o guárdaselo en su celular para que pueda llamar si cambia de opinión.



16. Pregúntale si tiene un plan suicida. Deberás procurar que tu amigo o ser querido te comparta los detalles de sus pensamientos suicidas. Es probable que esta sea la parte más difícil de la conversación, porque hará que la amenaza de suicidio sea más palpable. Sin embargo, conocer el plan específico podría permitirte minimizar el riesgo de éxito del suicidio.

Si la persona ha llegado al punto de elaborar un plan suicida, es importantísimo que le busques ayuda.



17. Haz un trato con la persona en cuestión. Antes de finalizar la conversación, intercambien promesas. Deberás prometer estar disponible para hablar con él o ella en cualquier momento, sea de noche o de día. A cambio, pídele que te prometa que te llamará antes de tomar cualquier acción suicida.

Dicha promesa podría ser suficiente para que deje de pensar en el suicidio y pida ayuda antes de poner en marcha una decisión irreversible.

viernes, 20 de noviembre de 2015

COMO AYUDAR A UN DROGADICTO PARTE 4 DE 4





Continuar con la ayuda....

1. Vuelve a aceptar a la persona en tu vida. Una persona que ha superado una adicción a las drogas necesitará una estructura en su vida. Puedes ayudar en gran medida a que esto suceda. Una actitud acogedora podría ser exactamente lo que la persona necesita. Todos tienen la necesidad de tener un sentido de pertenencia y tú puedes fomentar ese sentimiento en la persona.

Fomenta y sugiere las libertades potenciales de tener un estilo de vida nuevo y más saludable. Invita a la persona a que te acompañe a aventuras nuevas. Procura no hacer las cosas que podrían aumentar las ansias de consumir drogas.

El objetivo es ayudar a la persona a no sentirse sola y asegurarle que puede acudir a ti y a los demás siempre que sea necesario. Estará nerviosa, temerosa e insegura de su capacidad para permanecer sobria.

2. Pregúntale a la persona sobre su progreso. Deja en claro que estás auténticamente preocupado por la persona y que quieres que tenga éxito. Es importante que asista a terapia o a las reuniones de los grupos de apoyo. Lo más probable es que estas actividades sean un requisito de cualquier programa de rehabilitación.

Ayúdale a la persona a hacerse responsable por su programa. Pregúntale si hay algo que puedes hacer para ayudarla a mantenerse comprometida con la asistencia. No permitas que holgazanee.

Ofrécete a asistir a las reuniones con esa persona si ambos se sienten cómodos con la idea.

Siempre celebra los logros. Si una persona está sobria por uno o mil días, cada día amerita una celebración.

3. Sé ingenioso si la persona necesita tu ayuda en el futuro. La adicción a las drogas es una enfermedad crónica, así que puede ser controlada, mas no curada. Lo más probable es que las recaídas sucedan y todos los involucrados no deben considerarlas como un fracaso. No obstante, será necesario realizar un tratamiento después de cada recaída.

Una vez que pases por el proceso de ayudar a una persona con una adicción, tendrás los conocimientos y la información necesarios para ofrecer tu ayuda. Los psicólogos y psiquiatras están disponibles en tu área local y pueden ubicarse a través de la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association)  y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association).

Apoya a la persona (envíale mensajes de texto, llámala, reúnete con ella, realicen actividades divertidas, practiquen deportes, pasen tiempo juntas y apoya sus pasatiempos e intereses). Ayuda a la persona a vencer la tentación de consumir drogas en caso de que surja una situación particularmente difícil.

4. Mantente positivo en tus interacciones con la persona, pero sé directo, honesto y serio cuando sea necesario. Ella necesita saber que habrá personas que la apoyarán durante su recuperación y que tú estás entre ellas.



Consejos.

La adicción es una enfermedad física, mental y espiritual. Es necesario prestar atención a los tres aspectos (en ese orden) mientras se supera o se enfrenta la enfermedad en cuestión.

No dejes de ayudar a la persona. Lo más probable es que la persona que sufre la adicción sienta que sus seres queridos la abandonan y que está sola en el mundo.

Demuéstrale a esta persona que no irás a ningún lado, incluso cuando sufra una recaída.

Sigue expresando tu amor y preocupación por la persona y los beneficios de un futuro limpio.



Advertencias.....

Una adicción grave a las drogas puede hacer que una persona cometa delitos con la finalidad de conseguir el dinero que facilite su consumo. Tú podrías ser la víctima.

Si sospechas que la persona ha sufrido una sobredosis, llama al servicio de emergencias para que reciba ayuda urgentemente.

Podría haber momentos en que no puedas ayudar a una persona a superar su adicción a las drogas.

Es posible que una persona parezca desempeñarse normalmente durante años aun cuando tenga una adicción a las drogas. Con el tiempo, la afectará, ya sea física o emocionalmente, o en perjuicio de sus relaciones.

Si surge la violencia, aléjate de la situación y llama a las autoridades.

En caso de una sobredosis, prepárate para brindar información sobre las drogas que consumió la persona afectada.

COMO AYUDAR A UN DROGADICTO PARTE 3 DE 4





Parte 3 de 4:

Adoptar medidas.

1.

Deja en claro si la persona quiere ayuda. Los derechos humanos básicos le permiten a una persona pedir y aceptar ayuda. Esos mismos derechos le permiten a una persona rechazar la ayuda que podría necesitar. Esto genera fricciones entre todos los involucrados y, mientras más se deteriore la situación, más desesperación podrías sentir.

¿Qué tanto quieres involucrarte en el proceso? Si estás leyendo esto en este momento, probablemente estés decidido a hacer la diferencia en la vida de una persona.

Muchas personas se rehúsan a ayudar a alguien adicto a las drogas, así que es genial que quieras involucrarte.

2.

Discute y establece límites. Es necesario discutir los límites saludables enfocándote en lo que es más útil para la persona que sufre una adicción sin permitir que la situación empeore. Los comportamientos que fomentan la adicción de una persona incluyen (aunque no son los únicos) los siguientes: cuando ignoras el comportamiento indeseable, le prestas dinero a la persona para que compre drogas y no tenga que robar, sacrificas tus necesidades y deseos para ayudar constantemente a la persona con una adicción, expresas tus propias emociones con dificultad, mientes para cubrir a la persona que sufre la adicción, sigues ayudándola sin que lo aprecie o lo reconozca.

Dile a la persona adicta que la ayudarás y apoyarás en sus esfuerzos por controlar su adicción, pero que no te involucrarás en algo que fomente su consumo continuo de la sustancia adictiva.

3.

Persuade a la persona para que busque ayuda. Todas las señales indican que necesita ayuda. Ahora es momento de que le demuestres la realidad de la situación. En ocasiones, necesitas obligar compasivamente a una persona para que considere las consecuencias de no recibir ayuda.

Si sabes que necesita ayuda pero la rechaza, puedes llamar a la policía para sorprender a la persona y hacer que se dé cuenta de que necesita ayuda. No es necesario que sepa que fuiste tú quien llamó a las autoridades.

Adviértele a la persona al decir algo como “La cárcel es un lugar horrible, peligroso y desagradable donde a nadie le importas. No querrás estar ahí. Te perderás y quizás nunca te recuperes”.

Enséñale a la persona estadísticas y videos acerca de las sobredosis y las muertes por accidentes de tránsito que ocasionan las personas que conducen bajo los efectos de las sustancias.

No tires las drogas por el inodoro porque contaminará el sistema de agua con sustancias peligrosas que terminarán en el suministro de alimentos.

4.

Oculta las llaves de las personas para que no pueda conducir. Conducir con una persona que está en posesión de una sustancia controlada dará lugar a que todos en el auto reciban una citación y probablemente sean arrestados. Este es un ejemplo perfecto del momento en que la adicción de la persona transgrede la vida de los demás.

5.

Realiza una intervención. La ayuda viene en muchas formas y, en ocasiones, debe ser a la fuerza. Es una decisión difícil de tomar, pero una necesaria en caso de que la adicción se haya salido fuera de control y la vida de la persona corra peligro. Si bien una intervención probablemente sea abrumadora para la persona, la intención es no ponerla a la defensiva. Deberás elegir con cuidado a aquellos que participen en ella. Los seres queridos de la persona pueden describir la manera en que el abuso de drogas les afecta.

Antes de la intervención, desarrolla un plan de tratamiento que le puedas ofrecer a la persona. Organiza todo con anticipación en caso de que la persona vaya a ser escoltada hacia el centro de rehabilitación directamente de la intervención. La intervención significará muy poco si la persona en cuestión no sabe cómo obtener ayuda y no tiene el apoyo de sus seres queridos.

Probablemente tengas que engañarla para que vaya hacia el centro donde se supone que se llevará a cabo la intervención.

Prepárate para indicar las consecuencias específicas en caso de que la persona se rehúse a buscar tratamiento. Estas consecuencias no deben ser amenazas vacías, de modo que los seres queridos de la persona deben tener en cuenta aquellas que se impondrán en caso de que no busque tratamiento ni esté dispuesta a seguir adelante.

Una intervención también podría incluir a los colegas y representantes religiosos (si es conveniente) de la persona.

Los participantes deben preparar ejemplos específicos de cómo el abuso de las drogas de su ser querido ha dañado la relación. A menudo, los que realizan una intervención eligen escribirle cartas a la persona. Una persona que sufre una adicción podría no preocuparse por sus comportamientos autodestructivos, pero ver el dolor que sus acciones causan a los demás puede ser un gran motivador para buscar ayuda.

6.

Sugiere un programa de rehabilitación de drogas. Comunícate con varias clínicas de rehabilitación y pregunta sobre sus servicios. No tengas miedo de hacer preguntas específicas acerca de sus programas diarios y de la manera en que manejan las recaídas. Si no es necesario realizar una intervención, ayuda a la persona a buscar planes de tratamiento para la adicción y los recomendados. Apóyala y permite que se sienta en control de la rehabilitación inminente.

Haz un recorrido por los programas sugeridos y ten en cuenta que mientras más receptiva sea la persona adicta con relación al plan de tratamiento, mejores serán las posibilidades de superar la adicción.

7.

Visita a la persona cuando sea apropiado. Si la persona es admitida en un programa de tratamiento hospitalario, habrá reglas para la vista que deberán ser aclaradas. Ten en cuenta que necesitas permitirle a la persona participar por cuenta propia sin la influencia de nadie en el exterior. El personal de rehabilitación te informará cuándo deberás realizar las visitas y lo más probable es que sean muy apreciadas.

COMO AYUDAR A UN DROGADICTO PARTE 2 de 4





Parte 2 de 4:

Comprender la drogodependencia

1.

Observa el comportamiento de la persona. Presta atención a los signos y los síntomas de la drogodependencia. Un cambio radical en la personalidad podría ser un indicio de que una persona consume drogas. Los cambios en la personalidad son un signo común de todos los tipos de adicción a las drogas, entre ellos el alcoholismo, una dependencia a los medicamentos recetados y el abuso de opiáceos.

Signos de una adicción a los opiáceos: las marcas de agujas pueden ser evidentes en los brazos de alguien que consume opiáceos, aunque muchos adictos se han vuelto expertos en ocultar la evidencia del uso de drogas intravenosas al inyectarlas en partes no visibles como entre los dedos. Una persona que consume opiáceos también podría parecer inusualmente sedienta o sudorosa y sus pupilas podrían ser puntos pequeños.

Signos de alcoholismo: la persona puede oler a alcohol frecuentemente, exhibir un comportamiento irritable, articular mal al hablar, tener los ojos inusualmente brillosos o vidriosos además de una dificultad para expresar sus pensamientos e ideas de una manera lógica. Los alcohólicos a menudo tratan de ocultar la evidencia física de su adicción, incluso las botellas y latas vacías.

Signos de un abuso de medicamentos recetados: las personas que sufren una dependencia a los medicamentos recetados pueden exhibir signos de intoxicación, entre ellos torpeza, dificultad para articular las palabras y ojos caídos.

2.

Lleva un registro de las fechas y las horas de los conflictos además de otros momentos en que las drogas son un problema. Si un problema ocurre más de un par de veces, probablemente verás el desarrollo de un patrón. Es difícil predecir si el patrón se intensificará y profundizará la gravedad del problema. Deberás estar preparado.

Quizás esa persona consume cantidades excesivas de una sustancia y continuamente pierde el conocimiento en las fiestas. ¿Ha recibido una citación por conducir bajo la influencia de sustancias o tiene cargos de vandalismo impulsado por alguna sustancia? ¿Se ha involucrado en peleas impulsado por los efectos de una sustancia?

3.

Identifica la droga o drogas que consume la persona. Lo más común es que una persona que sufre una adicción consuma varios tipos de drogas. Esto podría ser algo obvio o difícil de determinar. Si una persona consume drogas en secreto, quizás solo veas los signos y los síntomas del abuso. En caso de duda, siempre puedes preguntar. Entre las drogas que se consumen están (aunque no solo son ellas) las siguientes: las anfetaminas, los esteroides anabólicos, las drogas de diseño, la cocaína, la heroína, los inhalantes, la marihuana y los medicamentos recetados.

Las diferentes drogas pueden afectar a una persona de formas diferentes.

Puede haber múltiples drogas en el organismo de una persona, así que será difícil de determinar.

En caso de una sobredosis o de una emergencia médica, podrías ser el único que deba decirle al personal médico el tipo de droga o drogas consumidas para poder proporcionar el tratamiento adecuado.

4.

Determina el nivel de adicción de la persona. El objetivo sería no esperar hasta que el comportamiento de la persona se haya salido fuera de control hasta el punto en que las relaciones y las situaciones no tengan arreglo. Lo ideal sería que la persona deba buscar ayuda para su adicción antes de que surjan las consecuencias, tales como la pérdida de un empleo, el abuso y el rechazo de los seres queridos, así como la ruina financiera.

Pregúntale lo siguiente: “¿Qué intentos has hecho para detener tu consumo? ¿Por qué crees que no tuviste éxito?”.

¿La persona parece y suena motivada a cambiar, pero le cuesta en repetidas ocasiones aferrarse a su plan? ¿Las drogas la controlan?

Si es tu compañero de universidad o amigo, comunícate con su familia para decirle cuándo las cosas se han salido fuera de control. No enfrentes el problema solo.

lunes, 16 de noviembre de 2015

COMO AYUDAR A UN DROGADICTO 1 DE 4





Cómo ayudar a un drogadicto

¿Quieres ayudar a una persona adicta a las drogas pero no sabes cómo? Existen muchas ideas erróneas acerca de cómo ayudar a alguien que tiene una adicción. No puedes hacer que una persona venza una adicción ni hacer el trabajo por ella. Debes centrarte en ofrecer tu apoyo de formas variadas y creativas. Para ayudar a una persona adicta a las drogas, es necesario entender que la adicción es algo complejo. No puedes reparar a la persona y, por encima de todo, alguien que sufre una adicción es una persona en primer lugar y no simplemente un drogadicto como lo indica el título de este artículo. La lucha de la persona contra la adicción definitivamente será dura, pero tu apoyo contribuirá de manera positiva a su proceso de recuperación.





Parte 1 de 4:

Mostrar apoyo.

1.

Sé el mejor amigo posible. Algunas amistades son pasajeras y otras duran toda la vida. Ayudar a un amigo en su lucha contra una adicción a las drogas es una manera de fortalecer una amistad. A medida que se desarrollan las relaciones, tiendes a preocuparte más por la persona. Cuando se produzca una crisis, naturalmente querrás ayudar a esa persona.

Acude a él cuando te necesite y escucha lo que tenga que decir. Existen razones por la que está persona consume drogas, por lo que escucharla podría permitirle expresar sus pensamientos y sentimientos que a la larga le ayudarán tanto a ella como a ti a entender la causa original de la adicción.

Sé respetuoso, leal y confiable. Expresar los sentimientos es algo valiente y también puede parecer riesgoso. Puedes reconocer este hecho al decir “Sé que podría ser difícil para ti y me siento honrado de que compartas esta información. Te respeto por hacerlo. Estoy aquí en caso de que quieras hablar”.

Ayudar a la persona con su adicción a las drogas puede ser la actividad más difícil y prolongada de tu vida, pero también la más gratificante.

2.

Muestra empatía. Ser escuchado y comprendido son los componentes principales que conllevan al desarrollo personal. La experiencia emocional de lidiar con una adicción a las drogas le obligará a la persona a crecer, lo que puede ser difícil. Puedes ayudar a aliviar su dolor al escucharla activamente.

Ponte en el lugar de la persona. Aprende a ser compasivo y tolerante en lugar de juzgarla. Podría ser difícil de entender, pero siempre puedes hacer el intento.

Trata a la persona de la manera en que te gustaría que te traten. Probablemente hayas tenido momentos difíciles en tu vida y sabes qué te fue de utilidad y qué no.

3.

Expresa tu preocupación. Es difícil ver a alguien sufrir o tomar malas decisiones que afecten su vida de forma negativa. En algún punto, tendrás que decirle a la persona que te preocupa su bienestar. Tal vez quiera escuchar lo que tienes que decir, pero tal vez no sea así. Esto es normal porque eres sincero y le demuestras que te importa.

Pídele permiso para involucrarte. Si una persona pasa por las penurias de una adicción, es posible que no se dé cuenta de que necesita ayuda, pero podría estar abierta a ella. Puedes decir algo como “Parece que tienes problemas con esta droga. Estoy aquí para apoyarte en caso de que necesites ayuda. ¿Estarías de acuerdo con eso?”.

No tengas miedo de hacer preguntas difíciles. Confrontar un tema difícil que pueda poner en peligro una relación es todo un desafío. Necesitarás hacer preguntas directas y honestas como “¿Crees que eres adicto a esta droga?” y “Sé que puede ser difícil hablar de eso, pero debo saber si estás dispuesto a arruinar tu salud y tus relaciones por culpa de esa droga”.

Como ser astuto parte 3 de 3









Parte 3 de 3:

Engaña a los demás.



1.  Perfecciona tu “cara de póker”. Así como las personas astutas necesitan ser capaces de leer las expresiones faciales de los demás, también deben ser capaces de evitar que otros puedan leer las suyas. Jugarle algún truco a alguien puede hacer que te sientas naturalmente emocionado o ansioso. Es importante lograr que tu rostro no te delate. Obviamente, trata de no reírte o hacer muecas cuando trates de engañar a alguien. En vez de eso, relájate, respira hondo e imagínate a ti mismo haciendo algo tranquilo que disfrutes. Haz lo que sea necesario para mantenerte tranquilo y calmado (por fuera) como una lechuga.

Si se hace correctamente, el mismo juego de póker es muy bueno para practicar tu “cara de póker”. En el póker, si quieres ganar, debes mantener tus expresiones faciales completamente tranquilas cuando tengas una mano ganadora. También debes parecer confiado cuando tengas una mano muy mala. Practicar ambas estrategias te ayudará a perfeccionar tu astucia.



2. Ten seguridad y sé decisivo. Las personas tienden a creer en aquellos que muestran seguridad en sus decisiones. Si eres astuto, deberás prepararte para aprovechar esto. Haz tus movidas con muchas seguridad, nunca dudes de ti mismo. Trata de ver los trucos que hagas a alguien como que “no es gran cosa” o como algo que podrás hacer perfectamente sin mucho esfuerzo, incluso si esto no es 100% cierto. Si crees que puedes hacer algo, la mayoría de la gente también lo creerá, y podrás usar esto para engañarlos.

Algunos consejos básicos para desarrollar la confianza en ti mismo son:

Presta atención a tu apariencia física: vístete bien y arréglate.

Ten un lenguaje corporal amistoso: párate recto, sonríe, y mira a la gente a los ojos.

Alimenta tus intereses: escoge pasatiempos en los que seas bueno y destácate en ellos.

Se agradable: guíate por los buenos modales y sé amistoso, pero nunca pretendas estar de acuerdo con alguien solo para agradarle.



3. Aprende a mentir. Las mentiras son las mejores amigas de las personas astutas. Las buenas mentiras son creíbles o, por lo menos, difíciles de develar. Mentir bien requiere bastante inteligencia y control emocional; el mentiroso no solo debe mentir con un sentido lógico, sino también debe saber “vender” sus mentiras a través de su lenguaje corporal y su voz al mismo tiempo que defiende sus mentiras después de haberlas creado. Al igual que con muchas otras habilidades que utiliza una persona astuta, se puede mentir mejor con mucha práctica y con una planificación inteligente.

Una persona astuta no solo puede mentirle a los demás, también puede mentirse a sí misma. Esto podría verse como un detalle, pero en realidad es una habilidad muy importante, ya que le permite convencerse de que es segura de sí misma, de que no la van a descubrir, etc. Lo cual a su vez hace que se vea calmada y relajada por fuera.



4. Prepara trampas (metafóricas). Un viejo dicho describe a la astucia como “encontrar el camino que tu enemigo haya escogido y luego cavar huecos a lo largo de ese camino”. Aunque es muy poco probable que tengas que armar trampas de verdad para alguien, asume esta metáfora como propia. Juzgando a los demás por sus fortalezas, debilidades y motivaciones, puedes encontrar el camino que ellos eligieron y sabotearlo para tu beneficio personal. Busca las maneras de aprovechar las debilidades de tu enemigo mientras inutilizas sus fortalezas. Trata de colocar a tu enemigo en situaciones en las que es probable que le vaya mal.

Supón que compites por un ascenso con un colega que odias. Si, por ejemplo, sabes que esta persona es mala para las exposiciones, puedes ofrecerte a exponer algo importante junto a él, de manera que luzca mal comparado contigo.



5. Evita ser el centro de atención. Una persona astuta nunca llama la atención más de lo necesario. Si quieres engañar a alguien, interactúa con esta persona tanto como lo harías normalmente (no más, ni menos) porque podrías asustarla o darle pistas de que algo está fuera de lo normal. Cuando veas que alguien empieza a caer en tu plan, no presiones mucho porque es probable que se dé cuenta de que lo van a timar. En vez de eso, dale suficiente cuerda a tu objetivo como para que se cuelgue a sí mismo, después simplemente hazte a un lado hasta que todo se haya acabado.

A pesar de que sientas la tentación de regodearte después de haber engañado exitosamente a alguien, no lo hagas. No ganas nada más que un sentimiento momentáneo de superioridad y corres el riesgo de causar un resentimiento a largo plazo con la persona a la que le presumas tu victoria.



6. Prepara un “escape”. La gente astuta prevé todos los resultados posibles de su farsa, incluso aquellos resultados que no sean favorables. Siempre toma en cuenta la posibilidad de que, a pesar de la agudeza de tu astucia, puede fallarle. Ten listo un plan secundario en caso de que las cosas no vayan según lo planeado. Planea de antemano lo que harás para recuperarte de un fracaso. Prepara una historia en tu cabeza que te permita negar de manera convincente cualquier maldad.

Supón que te escabulles tras bastidores sin autorización en un concierto y un guardia de seguridad te detiene y te pregunta qué haces. Para evitar problemas, planeaste de antemano hacerte al desentendido. Finge que te perdiste y que buscabas el baño, o que tu amigo te dijo que el mejor lugar para mirar el espectáculo era desde ahí atrás. Pretende estar sorprendido frente a la noticia de que rompiste una regla, probablemente no te metas en problemas serios si haces parecer que llegaste ahí por accidente.


Como ser astuto parte 2 de 3





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Desarrolla tu inteligencia.



1. Practica, practica, practica. Si eres alguien perfectamente astuto e implacable desde tu nacimiento, es posible que seas un psicópata. Como con cualquier otra habilidad, la mayoría de la gente tiene que trabajar su astucia. Algunas personas son naturalmente más astutas que otras, mientras que otras son más crédulas. Sin importar tu punto de partida, debes saber que siempre puedes mejorar tu astucia gracias a la práctica.

Trata de encontrar situaciones de poco riesgo para practicar, de esa manera estarás mejor preparado cuando se presenten situaciones más difíciles. Una buena manera de practicar tu astucia sin exponerte mucho al riesgo es hacer bromas prácticas y sin mucha malicia. Por ejemplo, muchas bromas requieren que actúes, mientas o escondas tus emociones y además que averigües los verdaderos motivos de los demás si quieres que la broma salga sin problemas.





2. Nunca creas todo a primera vista. Las personas astutas son escépticas de corazón. Nunca aceptes la información que se te dé o la primera impresión que tengas de una persona sin antes analizar bien la situación. Pregúntate constantemente si la gente con la que interactúes es lo suficientemente genuina, indaga la forma de actuar de estas personas; tal vez quieran distorsionar la verdad o directamente mentir para llevar a cabo sus planes.

Los periodistas de investigación tienen que indagar a diario a través de montañas de mentiras y pretensiones para llegar a la verdad. Si buscas agudizar tu ojo escéptico, probablemente no necesites pasar por la facultad de periodismo, pero podrías beneficiarte al investigar y ver cómo los periodistas “engatusan” a sus invitados para “sacarles la verdad” cara a cara.



3.  Considera todos los posibles resultados. Se conocía al célebre primer ministro británico Winston Churchill por su inteligencia astuta, entre otras cosas. Tenía una reputación por su ingenio, su ocurrencia mordaz y sus frases ingeniosas que salían de la nada. De hecho, debido a un impedimento en el habla, él trataba de elaborar sus respuestas de antemano, considerando cualquier objeción que se le podía hacer.[2] Haz que el éxito de Chruchill sea un ejemplo a seguir. Antes de encarar situaciones importantes, tómate el tiempo para imaginar todas las maneras en las que dicha situación podría desarrollarse y planea tus respuestas.

Lo peor que podría pasar en cierta situación es que las cosas no resulten como lo esperabas. Aun así, en caso de que esto llegara a pasar, no estarás peor de lo que habrías estado si no hubieses considerado ningún resultado.



4. Aprende de tus errores. De vez en cuando, se atrapa incluso a los estafadores más experimentados. Si quieres ganar confianza, existe la posibilidad de que cometas errores alguna vez. Tus engaños se descubrirán, estarás avergonzado y tendrás que disculparte. Utiliza tus derrotas como experiencias de aprendizaje. Toma nota de cómo y cuándo fallaron tus planes, luego trata de no cometer el mismo error de nuevo.



5. Conócete a ti mismo. El teólogo francés Pierre Charron dijo una vez: “la manera más fácil de que te engañes es creerte más astuto que los demás”.[3] Una persona astuta debería poder distinguir las fortalezas y debilidades de los demás, pero es casi igual de importante que pueda distinguir las suyas. Evalúate a ti mismo de una manera brutalmente franca. ¿En qué eres bueno?, ¿en qué eres malo?, ¿qué te pone nervioso?, ¿en qué situación te sientes más seguro? Sé honesto contigo mismo acerca de tus habilidades. De hacerlo así, sabrás mejor cuáles fortalezas podrías utilizar y cuáles debilidades trabajar.


Como ser astuto parte 1 de 3







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Sé perceptivo



1. Busca siempre más información. Las personas astutas perciben las cosas que otros dejan pasar. Ven el mecanismo oculto de la vida, los motivos reales que operan sobre las interacciones, ven más allá de los motivos evidentes. El paso más importante para ver las cosas como son realmente es conseguir siempre la mayor cantidad de información que puedas antes de tomar una decisión. Esto puede ser tan simple como mirar alrededor antes de dejar una carta de amor anónima en el casillero de alguien para que no te descubran, o tan complejo como buscar información por horas sobre alguien a quien vayas a entrevistar para sorprenderlo con preguntas mordaces. Al plantear cualquier decisión importante, presta mucha atención y ten mucha avidez por más información. Siempre puedes informarte más.



2. Cuestiona los motivos de los demás. Se conoce a la gente astuta por su capacidad de ver a través de las máscaras de las personas. Casi todos dicen mentiras piadosas todos los días, es perfectamente natural. Una persona astuta puede ver las verdaderas intenciones de las personas; lo hace porque es capaz de “leer” a las personas y además porque investigó (ver el paso 1). Nunca asumas que alguien te dice la verdad hasta que tengas evidencia que la respalde. Sin embargo, tampoco es inteligente asumir de inmediato que todos mienten. Utiliza la información a tu alcance para determinar las verdaderas motivaciones de alguien.

Intenta desarrollar tu habilidad para leer los rostros de los demás. La mayoría de las personas son buenas para mentir, pero no son excepcionales. Con práctica, puedes llegar a determinar cuándo las expresiones faciales de alguien no concuerdan con lo que dice.



3. Busca los pequeños detalles. La gente astuta nunca deja pasar una oportunidad para analizar de cerca a las personas o a las cosas, buscando detalles que se puedan manipular para su beneficio. Trata de ser un meticuloso de los detalles, dentro de lo razonable. Por ejemplo, lee cada oración de un contrato, en lugar de darle una mirada general a todo. Si prestas atención a los detalles de la vida, estarás mejor preparado para aprovechar las oportunidades que se te presenten.

Atender a los detalles no sirve solamente para propósitos serios y nefastos. Si estás en una guerra de bromas con tus amigos, por ejemplo, mira a tu alrededor cuando entres a tu habitación; si notas algún detalle fuera de lo común, es una buena razón para sospechar.



4. Mantente alerta. Una persona no puede ser astuta si está demasiado cansada, distraída o desconcentrada como para darse cuenta de lo que pasa alrededor suyo. Una parte importante de ser astuto es estar activo y alerta cuando sea importante. Una gran parte de esto consiste en cumplir con tus necesidades biológicas básicas. Por ejemplo, intenta descansar bien la noche previa a algún acontecimiento importante y deshazte de distracciones como: el hambre, la intranquilidad por falta de ejercicio, etc.

Si estás muy agotado, es posible que necesites una dosis de cafeína. Toma un poco de café, té o alguna bebida energética para reanimarte. Pero ten cuidado, a algunas personas les cuesta más concentrarse bajo los efectos de la cafeína. Además, asegúrate de controlar la cantidad que consumas porque si te vuelves adicto a la cafeína ya no sentirás sus efectos benéficos.



5. Adopta un punto de vista objetivo. Las personas astutas tratan de que sus percepciones y decisiones no se vean afectadas por las emociones y los prejuicios. En cambio, prefieren las verdades objetivas basadas en hechos. Es fácil decirte a ti mismo que tomes un punto de vista objetivo, pero es mucho más difícil ponerlo en práctica. Trata de desligarte o, por lo menos, controla tus emociones cuando te enfrentes a decisiones difíciles. Nunca nadie tomó una mejor decisión estando enojado.



6. Toma nota de las fortalezas y las debilidades de los demás. Este paso es crucial. La gente astuta se mejora a sí misma engañando, despistando o mintiendo a otras personas. Una persona astuta puede engañar más fácilmente a alguien si conoce las fortalezas y debilidades de esta persona. Conocer las debilidades de alguien sirve bastante y se puede usar para hacer que esta persona tome decisiones apresuradas o haga algo que te beneficie. De la misma forma, las fortalezas de estas personas se deben evitar lo más posible; una persona astuta no tratará de aventajar a alguien en las áreas donde esta persona se destaque.

A manera de ejemplo, supón que intentas convencer a un amigo reacio a comprar un cupón para una colecta que organices. Sabes que, por lo general, tu amigo es muy terco, pero también sabes que es un goloso y que le gusta que se lo considere como alguien amable. Podrías invitarlo a tu casa para pasar el tiempo contigo, asegurándote de que haya una bandeja de galletas recién horneadas cuando él entre. Deja que coma tantas como él quiera, luego pídele que compre un cupón. El disfrutó de tu hospitalidad y, para no ser maleducado, es muy probable que acepte.