lunes, 16 de noviembre de 2015

Como ser astuto parte 2 de 3





Parte 2 de 3:

Desarrolla tu inteligencia.



1. Practica, practica, practica. Si eres alguien perfectamente astuto e implacable desde tu nacimiento, es posible que seas un psicópata. Como con cualquier otra habilidad, la mayoría de la gente tiene que trabajar su astucia. Algunas personas son naturalmente más astutas que otras, mientras que otras son más crédulas. Sin importar tu punto de partida, debes saber que siempre puedes mejorar tu astucia gracias a la práctica.

Trata de encontrar situaciones de poco riesgo para practicar, de esa manera estarás mejor preparado cuando se presenten situaciones más difíciles. Una buena manera de practicar tu astucia sin exponerte mucho al riesgo es hacer bromas prácticas y sin mucha malicia. Por ejemplo, muchas bromas requieren que actúes, mientas o escondas tus emociones y además que averigües los verdaderos motivos de los demás si quieres que la broma salga sin problemas.





2. Nunca creas todo a primera vista. Las personas astutas son escépticas de corazón. Nunca aceptes la información que se te dé o la primera impresión que tengas de una persona sin antes analizar bien la situación. Pregúntate constantemente si la gente con la que interactúes es lo suficientemente genuina, indaga la forma de actuar de estas personas; tal vez quieran distorsionar la verdad o directamente mentir para llevar a cabo sus planes.

Los periodistas de investigación tienen que indagar a diario a través de montañas de mentiras y pretensiones para llegar a la verdad. Si buscas agudizar tu ojo escéptico, probablemente no necesites pasar por la facultad de periodismo, pero podrías beneficiarte al investigar y ver cómo los periodistas “engatusan” a sus invitados para “sacarles la verdad” cara a cara.



3.  Considera todos los posibles resultados. Se conocía al célebre primer ministro británico Winston Churchill por su inteligencia astuta, entre otras cosas. Tenía una reputación por su ingenio, su ocurrencia mordaz y sus frases ingeniosas que salían de la nada. De hecho, debido a un impedimento en el habla, él trataba de elaborar sus respuestas de antemano, considerando cualquier objeción que se le podía hacer.[2] Haz que el éxito de Chruchill sea un ejemplo a seguir. Antes de encarar situaciones importantes, tómate el tiempo para imaginar todas las maneras en las que dicha situación podría desarrollarse y planea tus respuestas.

Lo peor que podría pasar en cierta situación es que las cosas no resulten como lo esperabas. Aun así, en caso de que esto llegara a pasar, no estarás peor de lo que habrías estado si no hubieses considerado ningún resultado.



4. Aprende de tus errores. De vez en cuando, se atrapa incluso a los estafadores más experimentados. Si quieres ganar confianza, existe la posibilidad de que cometas errores alguna vez. Tus engaños se descubrirán, estarás avergonzado y tendrás que disculparte. Utiliza tus derrotas como experiencias de aprendizaje. Toma nota de cómo y cuándo fallaron tus planes, luego trata de no cometer el mismo error de nuevo.



5. Conócete a ti mismo. El teólogo francés Pierre Charron dijo una vez: “la manera más fácil de que te engañes es creerte más astuto que los demás”.[3] Una persona astuta debería poder distinguir las fortalezas y debilidades de los demás, pero es casi igual de importante que pueda distinguir las suyas. Evalúate a ti mismo de una manera brutalmente franca. ¿En qué eres bueno?, ¿en qué eres malo?, ¿qué te pone nervioso?, ¿en qué situación te sientes más seguro? Sé honesto contigo mismo acerca de tus habilidades. De hacerlo así, sabrás mejor cuáles fortalezas podrías utilizar y cuáles debilidades trabajar.


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