viernes, 28 de junio de 2013

CANDY CRUSH, LA NUEVA ADICCIÓN DULCE DE INTERNET

MÁS DE 15 MILLONES DE PERSONAS PASAN VARIAS HORAS CON ESTE SENCILLO JUEGO. ¿PUEDE SER PELIGROSO?


 
En Bogotá, mientras espera a sus compañeras de trabajo para ir a almorzar, Diego mantiene la vista fija en su iPhone. En México, María saca un rato cada 25 minutos para abrir su facebook y jugar en línea. Ambos son adictos a los dulces, solo que en este caso se trata de dulces virtuales.
Diego y María hacen parte de los millones de usuarios que en todo el mundo están conectados a Candy Crush. Se trata de un juego en línea en el que se deben alinear caramelos de distintos colores para ganar puntos y subir niveles.
Según estadísticas de Facebook recogidas por DataApp, Candy Crush es jugado por  unos 15 millones de personas cada día, eso la convierte en la aplicación más popular de esa red social.
En iTunes, la tienda de aplicaciones de Apple, también tiene el récord de ser la más descargada desde marzo de 2013, según el contador Distimo. Y como si fuera poco, ha sido descargada 1.380.000 veces en celulares y tabletas con sistema operativo Android.



Pasando el tiempo

María y Diego coinciden en afirmar que Candy Crush es un juego "básico". Es decir, la misión es relativamente sencilla y hay muchísimos juegos en línea que tienen características similares.
"A mí el juego me parece perfecto para niños de 10 años. Es un juego perfecto para perder el tiempo, no pensar en nada. De hecho hay demasiados juegos similares
y no pegan tanto, no sé por qué", dice María que ya va por el niveo 260, de los 385 que ofrece hasta ahora el juego.
Diego ya va por el nivel 289 aunque apenas lleva 4 meses jugando. "Me parece divertido. Cada nivel es un reto diferente, pero no son repetitivos. Es adictivo", cuenta y explica aunque la aplicación es gratuita, ya ha gastado unos 15 dólares en "movimientos" y "vidas" extra.
"Uno tiene cinco vidas (el juego entrega una cada media hora) y las pierde super rapido. Yo me gasto unas 10 ó 15 en cada nivel analizando el reto y luego lo paso. Cuando he pagado ha sido porque he estado muy cerca de cumplir el reto y se me acabaron los movimientos.

Adicción es adicción

María asegura que limita su juego a los tiempos que su tesis de maestría se lo permiten, sí confiesa que ha gastado un dólar y sus niveles de estrés aumentaron cuando se quedó estancada en uno de los niveles durante un mes.
Pero ella no se considera adicta; de hecho evita hablar del tema con sus amigos excepto con una de sus compañeras, con quien el juego se volvió incluso competitivo. "Un día ella iba de primera y sí me dio como obsesión por pasármele. Pero cuando la superé ella se obsesionó tanto con el juego que se enojaba o pasaba muy mal rato si perdía".
Leonardo Aja, psicólogo experto en drogodependencia y director científico de la Corporación Buscando Ánimo, asegura que no hay mucha diferencia entre los juegos en línea y los físicos y que si se desarrollan adicciones, el impacto para la vida del individuo es exactamente igual si va a un casino o si juega en internet.
"En el casino gastas dinero. En internet tienes una tarjeta de crédito y si no hay control también se puede gastar mucho dinero", dice.
Según explica, las personas que pasan mucho tiempo en juegos pueden desarrollar una "adicción no química" que en algunos casos podría afectar su entorno y su bolsillo. "No solo es cuánto gasto en la tarjeta, también cuando se deja de estudiar o trabajar para jugar, o cuando se pasa menos tiempo con la familia y la pareja por estar superando retos en línea... todos esos son comportamientos compulsivos".
Este tipo de comportamientos, cuenta Aja, están relacionados con pautas y estilos de crianza. "Las conductas compulsivas inician en la adolescencia y se incuban cuando no hay controles. Erradicarlos después es muy difícil".
La clave para saber si se está desarrollando un adicción es "preguntarse en qué contribuye ese tiempo que se está gastando para el proyecto de vida, qué se está dejando de hacer por jugar y cómo se sentiría el jugador si su círculo cercano lo viera jugar como lo hace".
Mientras tanto, el 'boom' de Candy Crush continúa en redes. Entre los contactos de Diego hay muchos jugadores activos, mientras que María habla de una disminución pues hace un par de meses recibía hasta 30 solicitudes para regalarle vidas y movimientos a los amigos.
"Llevo un año y seguro lo seguiré jugando", dice María antes de volver a su tesis. "Ahora trato de pasar de nivel, me divierto y no compito", agrega Diego.
REDACCIÓN DIARIOADN.CO

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